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27 de enero de 2011

El centro Tapatío

Del Expiatorio salí con prisa hacia el Oriente (no la escuela) con la misma prisa. Aún faltaba por ver ciertas cosas. Llegué al parque Juárez, donde sentí envidia de los Tapatíos una vez más. Por qué? Porque ahí, en un parquecito coquetón lleno de árboles y kioskos, estaban los descensos para la estación del metro, cosa que en Puebla no se ve (aún). Era como una especie de Paseo Bravo con bajada al metro. Y vaya que era un hoyote la bajada al metro! Bajamos como 10 metros de profundidad en escaleras eléctricas todos los pasajeros cotidianos matutinos y yo hasta los torniquetes. Para infortunio mío, descubrí que ya no se usaban las coquetas moneditas ranuradas que usé cuando fui la primera vez a Guadalajara, sino que todo era ahora por tarjetita inteligente. Por el primer viaje en metro, me eché 20 pesos entre tarjetita y pasaje. Eran 6 pesos por el pasaje del metro. Cuando fui 4 años atrás, costaba 4, igual que lo que costaba el camión en Puebla. (Oh, qué tiempos aquellos...!)




Tomé el metro para avnzar sólo UNA estación hacia el Oriente, que me dejaría en el pleno centro de la ciudad. Como hace 4 años, solo que en esa ocasión, llegué desde Zapopan, en donde está el Ciencias <3.
Bajé en la estación que sale en una plazuelita del centro, como si fuera la bajada a un nivel subterráneo de estacionamiento. Plaza Universidad, se llama. Y caminas un poco para encontrarte con esto:


Es el amanecer, la catedral está abierta, y el cielo limpio. Es tan temprano, que todos los negocios del pasaje subterráneo del zócalo están cerrados. Así que entré a la Catedral, para encontrarme con que iniciaba la misa, y el órgano estaba tocando. Increíblemente, siendo viernes a las 9:30 AM, había gente que iba a ir a misa a esa hora. Me topé con una excursión de un colegio Nayarita que visitaba Guadalajara y estaba conociendo la Catedral. Les explicaron que las torres, a partir del segundo nivel, se cayeron en un terremoto del siglo XVIII. Ésta es la segunda catedral más antigua de México en construirse (La primera está en Mérida, y la de Puebla se empezó en 1675, o sea, mucho tiempo después. Para 1672, la de Guadalajara ya hasta estaba consagrada). Las torres son como de después de 1850, de la época en la que el arte cambiaba y emulaba lo Francés. Ahora es un ícono de la ciudad. Por dentro, la Catedral refleja su edad. Las técnicas de construcción clásicas del siglo XVI tardío~XVII temprano, impedían hacer ventanas muy grandes, por lo que la catedral es sombría y parece iglesia de pueblo en lo que respecta a los altares, que están iluminados con foquitos de neón blancos. El altar es lo que de verdad es majestuoso y me sorprendió encontrar una gama inmensa de simbología de masones en ella, empezando por el piso de checkerboard (cuadraditos blancos y negros), las columnas ceremoniales al lado del altar, y el ojo dentro del triángulo, que todo lo ve. Tal vez era una época previa a la enemistad entre masones e Iglesia, que empezó técnicamente a partir de los 1700s tardíos.

 Piso masónico, columnas masónicas...

Ojo masónico... ¿Catedral Católica? (En la de Puebla también hay 2)

De allí, salí a contemplar la famosa "Rotonda de los Hombres Ilustres", que es en realidad una especie de mini partenón redondo dedicado "De Jalisco a sus hijos esclarecidos". Es un setting ideal para fotos de bodas, sobre todo aquellas que son fotoshopeadas, porque nadie se va a meter al parquecito a tomarse una foto de boda, en primera porque sería muy incómodo y amontonado el pequeño espacio en el centro rodeado, eso sí, de árboles,  y en segunda, porque la rejita de entrada a la rotonda está cerrada con candado así que no se puede entrar al monumento que también da cierto aire de monumento masonoide para encontrar en las calles de Washington DC, y no en TapatiLand. De allí, a la Plaza Tapatía a caminar mucho. Me sorprendió la longitud y belleza del lugar. Quiero regresar a conocerla con más tiempo, calma y tranquilidad, porque definitivamente no he ido a Guadalajara nunca con la intención expresa de turistear. Las 2 veces he ido o a un Interjesuítico con Botárguicas intenciones (TABBOULEH) o a un MUN, en esta ocasión (DUMPLINGS). Habrá que ir a conocer bien el lugar. La plaza se seguía largos metros hasta llegar a un teatro que quería conocer por dentro, que según esto es la versión Mexicana, de tiempos de Don Porfirio, donde se dedicaron en imitar L'Opéra Garnier pero en Guadalajara.

Cristina canta aquí, y un "fantasma" la stalkea.

 Abajo de eso hay un estacionamiento subterráneo, como el que NO se hizo en Puebla.

Esa enorme extensión es también sólo una parte de la Plaza. Al fondo, el Hospicio Cabañas.

Sobra decir que caminé sin pausa. No podía parar por la prisa mas que a tomar la foto ocasional y seguir mi camino. Bajé al Macrobús sólo para comprarme mi tarjetita de usuario del Macrobús, por si algún día se llegaba a ofrecer si regresaba a Guadalajara. Caminé por la plaza de San Juan de Dios, vi la iglesia, no entré, y regresé al metro. 


Amé la placita, estaba hermosa, y como siempre, en toda buena ciudad que se precie, llena de árboles. El metro me regresó a la estación de Juárez, de donde volví a caminar de regreso al hotel, todo ataviado con mi traje, que es como me fui vestido toda la excursión por el centro, para que regresáramos al ITESO al MUN. 
De Guadalajara, puedo decir que no conocí mucho más, aparte del Old Jack's Studio esa noche. Y a la semana siguiente habría de salir con rumbo a Guanajuato.

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