Momentos. Recuerdos Que Te Hacen Chillar.
Un lugar a veces vale más para una persona por lo que vivió en él que por lo que el lugar tiene en sí. Otras veces vale más por las cosas que una persona conoció, que por lo que vivió. En algunos casos, es ambas cosas. Y León, Guanajuato es una ciudad que amo por haber sido una combinación de belleza arquitectónica y de experiencias hermosas vividas en el Lux, en los Interjesuíticos 2007. También pude conocer la ciudad aunque haya sido por mi cuenta. Vale la pena realmente ir allá, el centro es un lugar único. Regresé en 2009, en Enero, cuando estaban tirando el mugrero de casas junto al Expiatorio (Otra catedral gótica, pero construida en medio de un barrio bastante feo cerca del centro). Con lo que estaban haciendo, estaban embelleciendo la iglesia que decían, se acabaría el mundo cuando la concluyeran. En 2007 faltaban cosas por terminar.
Faltando las torres y las estructuras de metal que no están coladas o rellenas. Ex Maius 2007.
El Tec organizó un viaje al Cervantino en Octubre, a la semana del UNITESO. El día que llegábamos a Silao, a nuestro hotel, eran las fonomímicas del Lux, en las cuales participarían unos amigos de Salma y míos que conocimos en los Interjesuíticos de Puebla 2010. Así que no quedó opción más que invitar a Salma a participar en el viaje, y a última hora, Gus se nos unió. Sorprendiendo así a Diana E.M.B., otra exalumna del I.O. que no sospechaba de los planes de Gus de unírsenos.
El único que no estudia/estudió en el Oriente de la foto es Raúl (extremo izquierdo)
El plan era llegar al hotel y de allí huír a León. Tenía un plan macabro para enseñarles al ir a León. Sabía exactamente qué es lo que les quería enseñar y sabía que les encantaría. Llegamos a León tras tomar un camión interurbano desde la estación de autobuses de Silao, cosa más pequeña y tercermundista que había, pero aprovechamos para comer ahí algunas botanas de porquería y retacarnos como gansos con algo alto en carbohidratos y calorías para aguantar lo que habríamos de hacer.
Llegamos a León como a las 3 PM. De allí, salimos de la estación de autobuses Leonesa, una diferencia del cielo a la tierra con la de Silao que acaba siendo al fin de cuentas un pueblote. Tomamos el famoso metrobús de León, que ahora tenía 2 líneas más que cuando fui la última vez en 2009 y de cuando fui la primera vez en 2007.Y entonces, bajamos en una estación donde había una barda que bloqueaba la vista de lo que quería enseñarles a Gus y a Salma. Les ordené de la manera más dictatorial y altaneramente militar, como si fuera una actividad de retiro Jesuita (jajaja) que cerraran los ojos, que confiaran en mí y que hiciéramos una línea como de conga, yo en medio, Salma en frente, Gus detrás, siguiendo ambos mi liderazgo y mi guía al caminar por la calle, con los ojos cerrados, confiando en mí. Los hice caminar y atravesarse una calle con los ojos cerrados, el único que los llevaba abiertos fui yo. Y cuando por fin vi la obra que estaba en proceso cuando fui en 2009, a pesar que yo ya conocía lo que les quería enseñar, también me quedé atónito y sólo preparé mi cámara para prepararme a recibir las expresiones que vería en sus caras cuando vieran lo que les quería enseñar.
Caras de "OMG I Can't Believe It's Not Europe!"
Esto fue lo que vimos.
Fotografiando la épica belleza. (NOT! En realidad estábamos posando con la cámara de Salma)
Nos pusimos a tomar fotos, maravillados, y en eso me marca mi papá desde Puebla, para preguntar si ya estábamos en León, y para pedirnos que fuéramos prudentes y que no actuáramos como turistas. EPIC FAIL, pues eso era justamente lo que estábamos haciendo, no había otra explicación para nuestra conducta y nuestras caras de "¡¡OH POR DIOS!! (¡No puedo creer que no estemos en €uropa!)" Entramos, tras tomarnos decenas de fotografías artísticas con el neo·gótico, y luego descubrimos que las torres ya estaban concluidas, o por lo menos casi, a no ser que les vayan a poner un terminado en punta a cada una. Estaban de color azul plástico, y se notó que las torres tenían un terminado de plástico, y no de cantera, como el resto de la iglesia, tal vez por cuestiones económicas o de peso; pero igual se ve excelente!
Entramos a la iglesia. Si estaban maravillados al ver la iglesia por fuera, por dentro casi estallamos en conjunto de gozo. No era como el expiatorio de Guadalajara (Ese lo habrían de conocer por fuera en Interculturales), sino que era más austero, pero aún así, la lluvia de colores tintaba el interior del templo, al cual de todos modos le faltaba un órgano. Había más de las mismas viejitas pías que habitan los centros de las ciudades, rezando devotamente.
Y nos agarró la emoción artístico-fotográfica.
Vacuamente contemplativos.
En una de las Bahías de la iglesia, con el sol vespertino iluminando.
Gus busca la iluminación en postura de humildad.
De estar contemplando toda la iglesia con detalle, se me ocurrió que tal vez correríamos con suerte y podríamos entrar a las catacumbas de la iglesia, a las cuales no pude entrar las dos veces anteriores que había ido, a pesar incluso de haber ido a buscar una vez poder entrar. Resultó ser que las catacumbas sí estaban abiertas, pero al entrar descubrí que no habría podido jamás entrar solo, era toda una necrópolis subterránea. Antes de bajar, otra viejita pía y devota, que era la encargada de las admisiones a las catacumbas (y cobraba $5 por persona para entrar a las mismas), nos do un rollo religioso-Católico-típico-del-Bajío, sobre el significado espiritual tanto del templo como de las catacumbas. Una familia turista que venía detrás de nosotros buscando también conocer las catacumbas escuchó con algo de impaciencia el discurso moral de la señora. Después de unos 20 minutos, y viendo cómo se nos hacía tarde, pudimos bajar más de 15 metros hacia las entrañas de la tierra, para encontrarnos con unas pinturas sumamente realistas e impresionantemente detalladas que nos dejaban ver viejas personalidades responsables de la construcción del Expiatorio. Estábamos en un laberinto del Minotauro Cretense, pero en vez de ser un Minotauro era un León. Seguimos las flechas que marcaban la dirección a seguir, pasando por túneles donde la altura era baja, indicando los momentos de la vida en los que se tiene que ser humilde y bajar la cabeza, porque de lo contrario, uno se estampa y no puede pasar. (Catacomb-manager devota dixit). Nos encontramos entonces en una grandiosa capilla subterránea de estilo gótico-gótico, salpicada con imágenes pintadas de pasajes Bíblicos en las paredes, y luego criptas donde reposaban cenizas.
Necropolis Main Square
Nos fue agradablemente sorprendente, el descubrir que los Jesuitas también tenían influencia en la construcción de esa iglesia, pues encontramos la siguiente placa conmemorativa en la base del templo. Era la piedra principal de la iglesia, y contenía en su final, la firma característica de A.M.D.G. (ad maiorem Dei gloriam):
Sacré Coeur!
Y luego seguimos nuestro transitar por el catacumberío, entre filas e hileras de cíneras reposantes de otros que el mundo dejaron ya, y fue entonces que, en uno de los más recónditos confines de las catacumbas, nos hallamos en un momento de reflexión, bajo la luz de neón blanco que iluminaba todas las catacumbas, en ese inmenso laberinto. Nos pusimos a reflexionar quietamente sobre la fugacidad de la vida, al yacer contemplando unas cuantas tumbas donde ya había condóminos vitalicios.
Momento de reflexión.
Luego de deambular por las catacumbas, descubrimos unas cuantas cosas que daban miedo dentro de las mismas. Resulta ser que las partes que están abiertas al público son sólo unas cuantas, ya que hay una enorme sección debajo de la nave de la catedral, que están cerradas al público por carecer de iluminación, y por carecer de tumbas, que aún no se llenaban, quedando cerradas con puertas de metal forjado en formas curvilíneas. Luego nos encontramos en un pasillo con una imagen verdaderamente terrorífica, en la lúgubre luz tenue de neón:
Reacción instantánea de Gus: "NO MAMES! Yo no paso enfrente de eso solito!!"
Pero a los lados del pasillo donde nos encontramos ésta espantífera imagen, estaban las estatuas de San Ignacio de Loyola de un lado, y de San Francisco Xavier (patrono de los misioneros) con un aura mucho menos sufrida que la de este pobre Cristo, de ésas imágenes que me causaban pavor de pequeño, y que, a 15 metros bajo tierra, en una oscuridad tenuemente iluminada por luces frías, me hacían revivir la misma sensación. San Ignacio tenía en su mano el libro de la Constitución de la Sociedad Jesuita. San Francisco tenía un niño a su lado. Al seguir avanzando por el laberinto, sentimos cierto pánico al imaginar qué era lo que tendríamos que hacer si comenzaba a temblar. Por suerte, en León es más posible que caiga nieve a que tiemble. Los registros lo muestran. Por algo es una zona muy plana. Había una salida falsa, de "fantasía", que se suponía, representaba los puntos de la vida en los cuales éso parecía realmente ser un camino a seguir, pero que una vez llegando a él, se descubría que era un camino erróneo, y el intentar pasar por él solo nos causaría estamparnos de frente contra pared dura. El inteligente y observador, y que piensa antes de actuar, miraría atentamete y descubriría que por ahí no era el camino. La última capilla estaba dedicada a Jesús, pero ahora sí, no en un aspecto de estatua creepy como la imagen anterior, sino un aspecto medio-creepy pero más de gloria y felicidad. Salimos de esa capilla y nos encontramos con que estábamos en la entrada del laberinto. Había sido una serie de pasillitos, escaleras, subidas y bajadas, y recovecos llenos de arte, cultura e historia, y emergíamos de las profundidades de la tierra para encontrarnos con una no tan cegadora luz natural del sol que estaba ya descendiendo. Salimos del Expiatorio y caminamos por largas calles hasta llegar a la zona más "céntrica" del centro, y fue así que llegamos a la plaza de la Fuente de los Leones, y la Plaza de Armas, donde había venta de ingredientes para ofrendas del día de muertos.
Estuvimos largo tiempo en las plazas, y se nos comenzó a hacer de noche, así que antes de que la luz se nos acabara por completo, llevé a Gus y a Salma al frente de la Catedral de León, (que no es el Expiatorio), frente a la cual, estaba en proceso de derribación un edificio feísimo de los 50-70's llamado "Edificio Madero", que estaba vacío desde que yo fui a León la primera vez, salvo por dos oficinas. Ahora habían, tras 3 años, podido desalojar a los últimos inquilinos, y proceder a tirar el bodrio para hacer la "Plaza Catedral". Ahora el centro de León estará lleno de plazas con árboles y espacios abiertos, y calles peatonales, lo cual es un excelente fomento turístico. Lo que buscábamos frente a la catedral era en realidad algún vendedor de "guacamayas", porque Gus quería probar algo auténticamente Leonés o Guanajuatense de comida. Preguntábame y preguntábame de qué eran las guacamayas, y no supe que decir, más que eran "tortas de chicharrón", y no tortas de carne de exóticas aves tropicales. Como no hallamos al vendedor de guacamayas que conocimos cuando fuimos la primera vez a León, con el Oriente, fumos por lo menos a conocer el templo del Inmaculado Corazón de María, otra iglesia de estilo neo-gótico fusionado con neo-clásico. Sus vitrales eran más sorprendentes que los del Expiatorio de León, por mucho. Estaban fabricados en Barçelona, y su detallado era tan sorprendentemente hermoso y elaborado, que era una lástima que a esa iglesia no se pueda entrar cuando hay más luz solar.
Colorido incomparable.
Era de notar, que el templo es idóneo para bodas discretas. Por fuera parecía iglesia gringa, por el ladrillado rojo y sobrio que se encuentra en algunos templos episcopales o edificios de barrios de clase media neoyorquinos.
La torre tenía un detalle hermoso, que era su específica y bien marcada geometría, que pudimos apreciar antes de tomar un taxi que con urgencia nos llevara al Lux, ya que la luz del sol se atenuaba, y éste se había metido. Las fonomímicas empezaban a las 7 PM. Eran 6:45 PM y no podíamos osar perdérnoslas. (Todavía quedaban pocos días de horario de verano así que había luz todavía, pero no por mucho más tiempo).
Metal, stone and air.
Llegamos al Lux, descubriendo tras haber estado ausente del mismo en 3 años 5 meses, que habían hecho ciertas mejoras, para empezar, desde la calle frente al mismo. Se había hecho una ciclopista en la calle frente al Lux, que iba desde el centro y desde la calle principal por donde corre el Metrobús. Entramos al Lux, y aprovechamos dicho momento de gloria, con una resplandeciente luna ya, para tomar la foto de nuestro arribo glorioso a un lugar que, para mí significaba posiblemente el mejor interjesuítico de los que había tenido fuera de Puebla (en un promedio, claro, ya que cada uno tuvo lo suyo). Para Gus representaba su primera escuela Jesuita fuera del Oriente en conocer, y para Salma representaba una meta para Mayo. El ir a León a interjesuíticos de prepa. Y para mí también representaba lo mismo, le había tomado la palabra al padre rector Stevens cuando me invitó a los próximos inter, a pesar de mi estado de A.S.I.A. (Antiquis Societati Iesus Alumnus) o sea, de exalumno. Y todavía hay una meta por cumplir, si no es que 2 o 3, antes de que deje ahora sí, de ir a Ínters. Por lo pronto.
Con una majestuosa luna llena, el Equipo Anti-Itinerarios llegó a la Tierra Prometida, de la Luz Latina.
Entramos al Auditorio del Lux y se me hizo un nudo en la garganta. La última vez que había estado en él había sido para animar con los de porra, en compañía del famoso Romualdo Izaguirre Belmont, Lobito del Oriente. La nostalgia me atacó por sorpresa, cuando comenzó la fonomímica de los que estaban hasta delante, en el escenario del auditorio. No pudimos encontrar a ninguno de los que conocíamos del Lux, porque resultó que ese día en la mañana habían ido a Guadalajara, al ITESO (Series de coincidencias de la vida, parece ser), pero sí llegarían a las fonomímicas, pues avisarían quién ganó las fonomímicas. El grupo cuya fonomímica ganara, ganaba ya un pase a los I Interculturales Jesuitas de Guadalajara, del 6 al 9 de Noviembre. Buscamos agua con desesperación, pues Salma y Gus morían de sed, así que fuimos a buscar agua a la cafetería del Lux. Ya no estaba donde estaba cuand ofui la primera vez, en las pérgolas. Las pérgolas habían desaparecido, y la nueva cafetería, que sí era cafetería de verdad, estaba junto a la nueva alberca del Lux, la "AcuáticaLux", y además tenía un nuevo mirador hacia el Campo 2 de Futbol, y pista de Atletismo. Cuando fui la primera vez, era un simple techo de lámina y una pequeña colina de tierra con pasto lo que había en ese lugar, para ver los partidos de futbol del Lux contra el Ciencias arder en ánimos.Gus contemplaba todo y sólo podía decir "Es que... WEY!!", incrédulo ante tales instalaciones a comparación del Oriente. Pero había que ser justos, el Oriente había sido el campus más grande cuando se hizo, construido en medio de la nada, en una colonia apenas en desarrollo. El Lux, hasta el 2001, era un pequeño edificio a la vuelta del Expiatorio, sin grandes instalaciones hasta que Fox, como alcalde de León, donó unas cuantas hectáreas a la UIA y a su alma mater, el Instituto Lux. Y el nuevo campus llegó a León. Los interjesuíticos de 2007 eran los segundos en el nuevo campus. En 2011 serían los terceros. Regresamos al auditorio y agarramos lugar para sentarnos en lo que pasaba la siguiente fonomímica. La historia era del auxilio a las personas a quienes la vida o las calamidades han llevado la desgracia. Al terminar, nos fuimos a encontrar con nuestros amigos del Lux, que ya habían regresado del ITESO, y que todos llevaban una colección de souvenirs de esa universidad, que es un bosque con salones, literalmente, y con la intención de que allá se iban a ir a estudiar, si es que podían. Saludamos a todos los que pudimos, en algunos casos, fallando mi memoria para identificar a algunos, tras 5 meses de no verlos, y vimos con agrado su deleitada sorpresa al vernos por allí. Nos integramos a ellos a gritar y echar porras, como unos de ellos, antes de ir al baño, y luego a dar una vuelta por el Lux, que tanto Salma como Gus querían conocer.
Para mí fue un paseo de la nostalgia, recordando tantos buenos momentos en esos pasillos con los de porra, y con las porras de otros colegios, y con Patrick, y con Fátima, y con Romualdo, y con Chuyfa. En verdad fue difícil que no se me subiera el nudito a la garganta, recordando tantos momentos gloriosos. Subimos a los salones, específicamente vimos el que había sido el salón del Oriente en los Ínter de 2007, y por unos momentos, nos quisimos sentir alumnos del Lux, y nos sentamos en sus bancas a leer libros de química.
Luxian Mode ON!
El grupo de fonomímicas que ganó fue el de nuestro amigo Alejandro Castro (Von Martínez), cuya temática fue completamente social, y una crítica severa al gobierno de Calderón, enfocándose más que nada en la manipulación a la población por medio de los medios de comunicación (Televisa) y del distractor que ha sido el Bicentenario. Aquí el link de la misma:
http://www.youtube.com/watch?v=uvaNKVzsrU0
Obviamente, ésta fue la fonomímica que ganó. Y Alejandro Castro y compañía habrían de encontrarse de nuevo con Salma en Guadalajara, y por ahora, sólo podría yo pensar en que podría verlos a ellos en Mayo próximo, porque ir a Guadalajara de nuevo dada la situación económica pese a la cual me había ido al FIC, era algo ya irrisoriamente insensato. Así que nos tomamos unas últimas fotos de despedida con Castro y compañía antes de salir corriendo a tomar un taxi para llegar a tiempo a nuestra última cita del día: el show de luces y sonido que habría en la plaza del Expiatorio, y que prometía ser una maravilla.
El Equipo Anti-Itinerarios con la mente que ideó la mejor fonomímica del Lux.
El Equipo Anti-Itinerarios con Axel y Fito.
Tras despedirnos y prometer ir en Mayo, (al menos Salma y un servidor), emprendimos la graciosa huída y tomamos el primer taxi que vimos, que nos llevara al Expiatorio. Llegamos a la Plaza, justo a tiempo, pues en el momento que llegamos a la misma, se apagaron las luces y comenzó la música. La iglesia se oscureció, y en sus paredes como pantalla aparecían componentes de la misma iglesia, volando, flotando por los aires, hasta que conformaron la silueta de la iglesia, armándose en el aire. La música cambió y se volvió más elevadamente new-age místico-espiritual. Aparecieron obras de arte, coros cantando mientras la Virgen de Guadalupe aparecía en el rosetón Oeste del Expiatorio, y luego aparecía el Sagrado Corazón de Jesús. Después, un mártir atravesado por flechas, y una lluvia de rosas que se transformó en rostros de ángeles rosados con un fondo azul intenso. La iglesia se volvió luego de colores pastel, con texturas también como de una cremosa confitura, y luego apareció Hidalgo, y las imágenes de héroes de la independencia y la revolución.
Heaven's doors open at León.
La música cambió y luego se volvió como un corrido Leonés de la revolución, para luego transformarse en un baño de sangre, y ser reemplazado por una marcha Española, como una especie de Zarzuela, al disolverse la imagen en un fondo que parecía un vitral emplomado de un paisaje de León en tiempos más antiguos, donde sólo era un pueblito y los cerros se extendían más allá de los campos de cultivo. El vitral se rompió, desmoronó, y formó las palabras, "1810 - 2010 Viva México". Y el show terminó. Fue mágico, el hecho de saber que habíamos podido hacer todo lo que nos habíamos propuesto ese día, y como una cereza al pastel, la luna llena brillaba esplendorosa, colgando como un orbe luminoso sobre el cielo claro y estrellado de León.
Regresamos al centro. Tal vez algo seguía abierto para que fuésemos a cenar, pero la Cebadina ya había cerrado y no pude demostrarles a Gus y a Salma la experiencia de probar una bebida que, si no te la tomabas con velocidad, terminaría empapándote. Explico: Allí te dan una especie de agua de jamaica demasiado ácida (que hasta llega a tronar los dientes, como el limón), hecha, por lo visto, a base de cebada. Entonces, te da el vaso la señora del puesto, y le echa unas cucharadas bien copeteadas de bicarbonato de sodio, con lo cual la bebida inicia un explosivo proceso de efervescencia, que es justo en el momento en que uno debe de comenzar a tomar su bebida, que, insisto, tiene algo que ver con el agua de jamaica, aunque estoy seguro que no lo tiene. Como todo buen 5, antes de publicar esto, investigo, y descubro lo siguiente:
Cebadina: Es una bebida carbonatada que está elaborada con vinagre de piña, a la que se le agrega agua de tamarindo y jamaica, se deja reposar y se almacena en una barrica de roble y posteriormente se sirve con una cucharada de carbonato de calcio por cada vaso.
Eran como las 10 PM, y cenamos unas pizzas al agradable calor nocturno del aire Leonés. Luego fuimos a una panadería donde tenían agua caliente, y disfrutamos de esos agradables momentos contemplando la Plaza de Armas con sus tantos árboles podados, kioskos, y las torres de la Catedral, terminadas en unas cruces que de noche tenían una muy "kitsch" iluminación azul de neón. Y todo eso lo hicimos, compartiendo una deliciosa taza de mate, porque, como bien dice Gus, el mate es para compartir entre amigos. Y así hicimos.
Si me dan un encargo, pesado y largo / Nada hay que más me impulse que un mate
Dulce-Amargo.
De allí nos dimos a la tarea de deambular por el centro de León, dado que no parecía ser que tuviéramos como que mucha prisa en regresarnos a Silao, aunque eso sí, no sabíamos a qué hora salía el último camión para allá. Comenzamos a recorrer las oscuras calles del centro, topándonos con el ocasional mendigo, haciendo fotografías graciosas (como una en la que Gus emula a Sasquatch), trepándonos en kioskos-mercería-wannabe desvalijados, y descubriendo que en León, Cri-Cri no tiene antenas. Antes de tomar un taxi, encontramos una tiendita vintage, a la cual habia un acceso cerrado, pero rodeado de vitrinas donde se podían ver los productos que ahí se vendían. Principalmente eran productos religiosos, pero algunos ya rayaban en el borde de lo patético, mientras que otros eran simplemente terroríficos. Había muñequitos que parecían bebés poseídos y disecados, y hubo una imagen que traumatizónos terriblemente, ya que al verla, parecía que el acceso a las vitrinas de esa tienda donde habíamos entrado, se cerrarían de inmediato para encerrarnos y así poder devorar nuestras almas:
Creepiest thing EVER.
Eso es lo que debió ser Edward Cullen de bebé, solo que éste daba la impresión de que ya había sido atravesado en el corazón por un crucifijo. Su mirada vacua y fija hacia enfrente, así como sus enormes pupilas o la carencia de iris y blanco de los ojos lo convirtió en una de las escenas más terroríficas del día, junto con el Cristo sufriente de las catacumbas del Expiatorio. Sin más, nos fuimos en taxi a la estación camionera de León, y esperamos 2 horas a que dieran las 2:30 AM, para que saliera la *primera* corrida del día hacia Silao. Nos entretuvimos jugando "Basta", "Caricaturas Presenta", y platicando sandeces y simplezas en el área de comedores de la agradable Estación Camionera de León. Llegamos al hotel CityExpress Silao bastante tarde, pero no lo suficiente como para encontrarnos que el resto de la excursión ya había llegado al hotel: Nuestros cuartos estaban vacíos, y así estuvieron por por lo menos un rato más, hasta que a las 3:40 AM regresó el resto de la excursión.
El Equipo Anti-Itinerarios había ido y regresado a León.
Lyon, Je T'Aime.
Las catacumbas que pueden visitarse son todas las que existen. Los que están cerrados son pasillos que se usaron en la construcción, no llevan a ningún lado por que fueron clausuradas sus salidas al poner la piso definitivo al templo. No estaban ni están destinadas a albergar nichos. En la entrada esta un plano, que corresponde a las catacumbas completas y se ven también estos túneles ciegos.Completas no abarcan mas que la extensión del propio templo, ya que sus limites son los propios cimientos del mismo (y por tanto los muros, como son vistos desde fuera). Los nichos son en total menos de 2000 y no son a perpetuidad, sino a 78 años, con el fin de recabar dinero para la construcción del templo.
ResponderBorrarFuente: visita personal y Visiones del neogótico mexicano:
el templo del Sagrado Corazón
de Jesús en León (1921-2009)MARTÍN M. CHECA BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 21, ENERO-ABRIL 2011ARTASU*