Decía Mao Zedong que nadie es un verdadero héroe si no ha escalado alguna vez la Gran Muralla.
Pues habría escasez de héroes hoy en día porque dudo que todos los héroes puedan ir a China a treparse a la pared. Por lo menos podríamos decir que la Maravilla del Mundo Moderno que gano su primer lugar en el concurso, sin duda tiene justificacion de ostentar dicho titulo.
Un mapa de lo que recorrimos.
El hotel que teniamos reservado en Beijing se llamaba “Gang-ao Zhongxin Ruishi Da Jiudian”, o bien, “Hong Kong – Macao Center Swissotel”. Antes de entrar a la estacion, nos recomendo el Sr. Yu que nos compraramos algo de comer afuera. Por desgracia, en la ‘tiendita’ no vendian papitas ni dulces “Occidentales” a los cuales bien estabamos ya acostumbrados. Sino que eran galletas sabor a agar, o a algas marinas, frituras de u~na de cerdo, dulces pegajosos dulcesalados, entre otras porquerias que tanto agradan a los paladares Orientales. Ni siquiera nos compramos un refresco. Pero el Sr. Yu nos dijo que, de cualquier manera, en el tren habia un carro para cenar. Un “Can Che” (Pronunciese Tsan Choh). Aun asi, nos compramos unas paletas heladas de chocolate con vainilla y relleno de chocolate estilo kinder maxi, y nos sentamos a esperar. Cuando dieron la llamada nos fuimos a meter a la cola. El Sr. Yu, mi papá y yo. Lo que nos sorprendió fue que en la fila detrás de nosotros iba una familia que tal parecían ser Holandeses o Alemanes. Descubrimos que no eran Alemanes porque uno traía una banderita de Holanda. Pero entre ellos como familia se iban hablando en Chino. Eran güeros de ojos azules, y altos, pero no se estaban hablando entre sí en Holandés. Eran Chinos, nacidos en China, de familias Holandesas. A lo mejor en México o EUA es más fácil encontrar gente de todo tipo de raza hablándose en el idioma 'local', pero en China es tan similar la gente a pesar de haber más de 30 etnias distintas, cuando ves un güero, deduces que es extranjero.
Entramos en donde solo le hicieron una peque~na perforacion a los boletos, para no poder volverlos a utilizar despues, y nos dijeron que nuestro carro era el #14. Caminamos por todo el anden hasta llegar a donde decia que estaba el Carro #14. Y entramos, donde, “O, Sorpresa!” Descubrimos que el carro donde nos toco, no solo eran camas no-suaves, sino que ademas, era de a 6 personas por ‘compartimiento’, y aparte, estaban todos los compartimientos abiertos, por lo que realmente no era un lugar privado como pensabamos que seria. Y asi comenzo nuestra patoaventura. Sabiamos que yendo en tren nos ahorrariamos una noche de viaje, y a mi, en lo personal, no me parecia algo demasiado incomodo, debido a que ya he estado mas horas en camiones (no olvidemos mi magnifico viaje del a~no pasado a Guadalajara, donde me hice 12 horas sentado y sin poder dormir), y cuando vimos que nuestro compartimiento iba lleno, pues fue algo que la verdad no podriamos dejar de pensar en como nos iba a ir en la noche, aunque, repito, a mi no me interesaba en lo mas minimo. Era una aventura nueva y una experiencia nueva—jamas me habia subido a un tren interurbano—y era por eso que yo iba muy contento. Entonces, en el tren que nos escucha hablando Espa~nol un se~nor algo extra~no. Como podria decirlo, el se~nor aquel podria yo jurar que cuando Andree tenga 63 a~nos se vera igualito que ese se~nor. Y nos comenzo a platicar en Ingles, que de donde veniamos, a que ibamos a Beijing. Una persona muy interesante, ya que fue diplomatico de China durante 10 a~nos, luego fue profesor de Derecho en la Universidad de Qingdao, y ahora que se habia jubilado, estaba utilizando su dinero para poder ir alrededor del mundo y conocerlo, su nombre (o bien, apellido, mas bien,) era Wang. Quién sabe cual era su destino final, pero dijo que lo mejor es viajar en tren, pues te ahorras el hotel. También nos dijo que nos haríamos entre 8 y 9 horas para llegar a Beijing, pero que no era casi nada, ya que había trenes que iban al extremo sur de China, a Cantón o a Hong Kong, en los que el viaje era de unas 33 horas. Y el Transiberiano que salía de Beijing a Moscú tardaba 6 días. Aunque siendo sincero, este ultimo me llamo mucho la atencion, tal vez algun dia me vaya en dicho tren. Quien sabe cuanto cueste, eso si. El tren arranco, y comenzo a acelerar silenciosamente mientras ibamos saliendo de la muy fea y horrible estacion provisional de Sifang. Como la via era electrificada, el tren alcanzaba velocidades de aproximadamente 175 km/h como velocidad crucero. Con el se~nor Wang platicamos un corto rato en el transcurso del viaje, y nos dijo que nos podian cambiar de clase de tren a la de cama suave, pero mas tarde, cuando parara en la siguiente estacion del tren, el capitan nos podia cambiar de clase, pero tendriamos que pagar mas. Asi que debiamos de regresar cuando el tren estuviera en alguna estacion. A eso de las 8:30 nos dio hambre, y fue cuando paso la se~nora del carrito de comida, pero por desgracia, lo que vendia era de lo mas extra~no que existia: aparte de que vendia sopas ramen para preparar con el agua hirviendo que cada compartimiento tenia, vendia Salchichas Chinas que por fuera tienen aspecto de p^ate pero son por dentro asquerosos embutidos quien sabe si de perro o de gato, sobre todo la envoltura es lo que parece de p^ate Zwan (no saben como se me antoja uno), tambien vendia las galletas de Agar. Para mas explicacion, por si tienen dudas, el Agar es un ingrediente que se obtiene de ciertos seres marinos que se utiliza principalmente para saborizar y fortificar la comida para gatos. Basicamente, eran galletas sabor a Whiskas o a Cat Chow. Asi que preferimos ir a lo seguro con unas bolsas de cacahuates rostizados con pimienta. Luego nos dijo el Sr. Wang (asi se llamaba el viejito con el que hablamos, curiosamente creo que es la 5ª persona que se apellida Wang que conozco aqui en China, ‘Wang’ significa Rey, o sea que bien podriamos decir que estabamos hablando con el Sr. Reyes), que el Vagon #8 era donde estaba el comedero. Asi que decidimos mi papa y yo ir alla antes de que se aperrara de gente. Cuando llegamos estaba bastante vacio pero de cualquier manera el comedor estaba muy peque~no, solo podian estar alli 32 personas a la maxima capacidad del carro. Y es que eran 8 mesas en las cuales a lo mucho se podian sentar 4 personas por messa. Cuando nos trajeron el menu fue algo decepcionante ver solamente 5 platillos en el mismo. Habia camarones hervidos, camarones fritos, camotes dulces en pasta, pollo con verduritas, cacahuates con verduritas, y estos dos ultimos fueron los que pedimos, aparte de una Coca-Cola para cada uno de nosotros. Obviamente, solo tenian palillos en el tren, asi que nos pusimos a “jugar” a ver quien podia agarrar mas cacahuates con el palillo. Luego el tren comenzo a detenerse poco a poco. Se detuvo en una estacion, en la cual estabamos a aproximadamente 96 Kilometros de la estacion de Sifang. Esto es, estabamos llegando a la primera de 7 paradas que tendria el tren en el transcurso de la noche, en este lugar. Eran las 9:06 cuando llegamos, habiendo ya dado la vuelta alrededor de la parte costera de la Bahia de Jiaozhou. O sea, estábamos en un pequeño pueblito llamado Gaomi. Lo extraño fue que antes de salir de la estación, con rumbo hacia Weifang, vimos que los guardias de la estación saludaban a los que estaban en el tren en el vagón comedor. No es la impresión típica de un guardia Chino que se supone, es marcialmente fijo.
En el carro comedor. La cámara se movió.
Así eran los compartimientos en los cuales dormimos.
Y claro que por supuesto que se calló.
Aproximadamente a esa hora llegamos a Tianjin. Y el tren se detuvo den uevo antes de ir directo hacia Beijing. A las 5:15 AM, encendieron las luces de nuevo y 15 minutos más tarde, estábamos llegando a la esdtación de Beijing. Bajamos de allí, tras haber platicado un rato más con el Sr. Wang, que nos sugirió lugares para conocer en Beijing, y caminamos entre autenticos rios de gente, caudalosos como el Yangtze, subiendo y subiendo por las plataformas hasta que salimos de la estacion de trenes de Beijing, que, en el atrio de enfrente, de cualquier manera, tenia la misma cantidad de gente que habia adentro, o por lo menos, la misma densidad.
Estación de trenes antes de la hora pico.
Caminamos hacia la estacion de metro, ya sabia yo que la estacion a la que debiamos de ir era la de Dongsishitiao (40 Tiaos al Este) porque, segun habia checado en internet, el Hotel que nos habia conseguido Liu Li Chun para quedarnos, había sido el Hotel Suizo de Beijing "Hong Kong-Macao Center". El hotel estaba justo en la estación de Dong Sishi Tiao (O Dongsishitiao) Tomamos el metro, uno de los primeros vagones del día, que iba bastante vacío, pues eran 5:40, aunque parecieran las 7 por el sol, y el metro iba felizmente vacio. Pasamos por la estacion de Jianguo Men, que es donde habia transferencia para la linea 1, (El metro de Beijing solo tiene 4 Lineas: 1, 2, 8 y 13—la linea 5 esta en construccion.), luego por Chaoyang Men, y luego llegamos a Dong Sishi Tiao, donde nos bajamos. Subimos varias escaleras, el metro se veia bastante fregado a comparacion incluso con el del DF, los carros eran viejos, aunque eso si, hasta donde sabiamos, estaban limpios, y salimos por la salida C del metro. Cuando salimos al nivel de la calle, fue algo sorprendente voltear a ver, y poder decir, “Ah! Aqui es!”, teniendo la figura del enorme edificio enfrentito de la salida del metro. Pero estaba en remodelacion, por lo que tuvimos que puerta de atras a registrarnos. Nos dieron un cuarto en el piso 4, donde fue un rapido proceso de ba~narse, ponerse ropa limpia, dejar cosas innecesarias en el hotel, que no deberiamos de cargar, pues ademas de todo, el equipaje que llevabamos era muy ligero. Realmente ibamos de mochileros, con el equipaje contenido dentro de una peque~na mochila roja: la que Andree nos presto. Asi que la ropa se quedo en el hotel, bajamos a desayunar a eso de las 7 AM, donde rapidamente desayunamos, y luego subimos a lavarnos los dientes, prepararnos y peinarnos. Ya habiamos analizado las mejores formas de llegar a la Gran Muralla, asi que decidiendo entre varias secciones de la Muralla podriamos decir que era decidir entre Simatai, Mutianyu, Jiayuguan o Badaling. Badaling era la más comercial, Simatai la más abandonada, Jiayuguan estaba muy alejada, y Mutianyu estaba bien conservada, pero no tan llena de gente. Decidimos ir a Mutianyu.
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