El Hotel
Letrero muy común
En Dongzhi Men, tomamos un camión que iba hacia Huairou, dentro de lo que propiamente es el Municipio de Beijing, aunque ya no este en la zona metropolitana. La cosa es que el camion solo costaba 11 Yuanes, pero iba a una velocidad increiblemente lenta. Llegar a Huairou nos tomo 1 hora y media cuando en un coche normal se supone que tomaria poco mas de media hora: solo estaba a 45 Km. De la estacion de camiones. Pero pensandolo dos veces, algo debio de influir de que cada 2 cuadras hacia parada el camion por si alguien se queria subir o bajar. Y el precio debia de estar respaldado, de igual manera, por algo, se supone, desventajoso. Al llegar a Huairou, un amigo del camionero se ofrecio a llevarnos a Mutianyu en su taxi. En ese momento supimos que estabamos a unto de entrar al juego con los de la mafia de los taxis piratas, pero total, que importaba, supimos agarrarle el sarten por el mango, regateamos el precio para llegar desde Huairou hasta Mutianyu. Al ir pasando por alla, fuimos viendo que la vegetacion era muy densa y que el clima seguia siendo nublado. Beijing es nublado en esta epoca del a~no. El bosque era muy denso y hermoso. Cuando el ‘taxista’ nos preguntaba algo, no nos lo preguntaba, sino que nos gritaba la pregunta. Y es que los Chinos son como los Italianos, pegan de gritos al hablar. Llegamos a Mutianyu, y nos bajamos. Compramos un boleto redondo para subir al teleferico que nos habria de llevar por arriba de las monta~nas y el bosque a la zona de la muralla, pues esta se elevaba a 880 metros sobre el nivel del mar.
Teleférico
Bajamos por el borde de la colina hacia la siguiente torre, donde entramos a ver. Cada torre en la entrada tenia unos signos de caracteres tradicionales antiguos Chinos. Quien sabe que significaban. Pero cada torre tenia unos diferentes. Continuamos caminando por serpenteantes riscos. El sonido del bosque era como de selva tropical. Aunque no era selva tropical, sino el autentico Bosque De La China, donde la Chinita se perdio. Y se me hace que se perdio y nunca la encontraron, porque el bosque esta enorme.
Una sección de muralla
La Escalera Al Cielo
Las Chinitas echando el bofe.
"Hasta Aquí Se Llega"
O sea que habíamos caminado casi toda la sección transitable de la muralla en Mutianyu. Al ver desde la torre hacia abajo, la escalera tenía un místico aspecto de ser el descenso desde por entre las nubes hacia el mundo terrenal. Allí, la paz era gozosa, absoluta e intacta. El aire era mas ligero y humedo.
Bajamos con cuidado la Muralla, la escalera, y de nuevo vimos que de bajada hasta las calabazas ruedan, para evitar el rodarnos y pegarnos uno (o varios) guamazos, nos fuimos bajando la escalera usando la forma del zigzag. En una torre vimos al viejito que habiamos visto en el camino de ida, que gritaba, “Cold Water! Thirsty? Cold Beer! One dollar!”. De bajada, vimos que seguia gritando lo mismo, como grabadora. Y la verdad si teniamos sed, asi que cuando bajamos, le preguntamos que cuanto costaba un agua. Astuto viejecito!! Sus elevados precios (10 yuanes una botella de agua, eso son 13 o 14 pesos,) no eran nada para un turista que bajaba sudado y sediento desde la muralla. Aceptamos y compramos 2. Y brindamos por Mexico, por la gloria eterna de la suave Patria y de la Gran Muralla China, de la que una peque~na parte, por lo menos, ya habiamos conquistado. Bajada al mundo terrenal
Tomamos el teleferico de bajada, esperando que abajo, en el mundo terrenal, nos pudieramos librar del taxista ilegal y tomar un microbus a Huairou para regresar a Beijing. Pero el tipo seguia alli, y cuando bajamos, hordas de vendedores ambulantes se aprestaban a vendernos cosas. Todos tenian el mismo cantico de venta. Su primer paso era aventarse enfrente de ti exhibiendo algun producto y bloqueandote el paso, mientras te decian “Sir, I remember you!”, para tratar de ensartarte en su tienda. “You promised buy something here come back!” dice despues. Si los ignoras, y te sigues, puedes evitarte problemas. Pero si ya tienes ganas de comprar cosas, lo que sigue es que te dicen, “T-Shirts one dollar!”. Y cuando dices “Oh, one dollar, that is very cheap”, ellos te dicen, “Yes, yes, very cheap, 100 yuan.” Ocho yuanes son un dolar! Entonces tu tienes que decir que no, que esta muy caro. Y ellos te dicen, “Oh, for being special friend, 95 yuan.” Y tu tienes que decir que eso siguie siendo muy caro, y es un juego mas o menos de jalar y restirar los precios, aunque hay veces en las que ellos van y te dicen que tu pongas el precio, y tienen una calculadora a la mano para poder decirte el precio. Asi van rebajando y aumentando, rebajando y aumentando, hasta que se alcance un punto intermedio en el que ambos esten contentos. Pero si de plano te parece un precio muy alto y ya de veras no lo quieres comprar, en el momento en que le das la espalda y dices “Good bye”, en ese momento estan dispuestos a aventar sus precios hasta el suelo con tal de que se los compres. Asi fue que un libro de la muralla China me lo quisieron vender a 100 pancholares al principio. Dije que se olvidara, que estaba muy caro. Pues mientras iba caminando para abajo iba el se~nor del libro diciendo, “OK, 85!”. Al ver que no lo volteaba a ver, decia, “Well, 60!” y yo le dije, “No, forget it”. Al ir caminando, siguio detras de nosotros con su pletorica plegaria, “OK then! 50!”. “No,” dije yo, realmente sin intenciones de comprarselo. Y en un ultimo y desesperado intento me dijo, “Ok! 20!! 20!!” lo cual atrajo mi atencion. Si su ultimo y desesperado intento era de 20, debia de ser que el libro costaba algo menos que 20 yuanes! Y me lo queria vender a 100!! Me voltee y le dije, “20?” “Yes, 20,” dijo el vendedor, y acordamos en que yo compraba el libro a 20. luego el taxista nos pregunto, a gritos, por supuesto, que si queriamos comer algo. Ya eran las 2 PM, pero teniamos muy poca hambre. Le dijimos que siempre y cuando no fueran noodles o dumplings, que ya estabamos hasta el gorro de dichos alimentos orientales. Pero por desgracia, como el puesto de comida era de la amiga del taxista ilegal (Madre Santa, que organizacion tienen estos), nos querian ensartar a que nos quedaramos alli a comer, pero por suerte ahi no nos costo nada de trabajo decir “Si solo hay noodles no vamos a comer nada aca!” y eso que ya estabamos sentados en las mesas!! Nos quedaron viendo feo, por eso pense que nos iban a hacer algo despues. Nos compramos unos helados para matar el hambre mientras tanto, y le dijimos al taxista (que por cierto no se nos separaba ni un instante, al igual que el camionero de Beijing a Huairou, el cual se habia de alguna manera ingeniado para irse a la muralla), que ya nos ibamos a querer regresar a Huairou y que le pagariamos 60 Yuanes tal y como se los pagamos de ida, pero antes de eso, compre algunas cosas que se me hace que algun dia un viznieto mio las va a ver y ni va a saber quien era el que las compro. Por eso tambien me compre un certificado metalico en el cual se certifica que yo subi la Gran Muralla China el 14 de Julio del 2007. En el regreso a Huairou, me iba durmiendo en el camino, del cansancio de los quien sabe cuantos bastantes kilometros (tal vez 5 o 6...?) que caminamos en la Muralla, pero no sucumbi al sue~no, porque ibamos con el taxista ilegal, asi que me iba fijando perfectamente en donde ibamos pasando, por lo menos el ya sabia que yo no me apentontaba facilmente, porque iba leyendo los letreros de la carretera que decian hacia donde ibamos. De tal forma que tuvo que dejarnos en Huairou. En el camino nos pregunto a gritos (como es la forma en que hablan), si queriamos ir a comer a Huairou. Le dije que no teniamos mucha hambre, y nos dijo que nos podia llevar a comer al restaurante de otro amigo en Huairou... decidimos declinar la invitacion con firmeza y decirle en voz alta, clara y firme, que gracias, que nos llevara a “Huairou Qiche Zhan”, a la estación camionera de Huairou, de donde tomamos el camión de regreso a Beijing.
(Continúa...)
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